¿Estás sufriendo una gran tribulación? ¿Tienes
contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y
viril:
"Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada
la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. -Amén.
-Amén."
Yo te aseguro que alcanzarás la paz.