Nosotros
leemos en el profeta Isaías esta palabra: “Voz que clama en el desierto:
¡preparad el camino al Señor! Allanad todas sus sendas” (40,3).El señor quiere
encontrar un camino donde el pueda entrar en nuestros corazones y allí
caminar... ¿Qué camino nosotros vamos a preparar al Señor? ¿Es un camino
material? Pero ¿la Palabra de Dios puede valerse de un tal camino? ¿No hará
falta más bien preparar al Señor un camino interior y trazar en nuestro corazón
las rutas derechas y unidas? Si, ahí está el camino por donde entra la Palabra
de Dios en el corazón humano capaz de acogerla.
¡Qué
grande, es el corazón del hombre! ¡Qué largo y qué capaz con tal, que sea puro!
¿Quieres tú conocer su grandeza y su largueza? Veas tú los amplios
conocimientos divinos que abarca... Date cuenta que su grandeza no viene de su
dimensión sino de la fuerza de pensamiento por la que es capaz de conocer
tantas verdades...
Ahora
bien, si él no es pequeño, y si puede coger tantas cosas, puede preparar un
camino al Señor y trazar una ruta derecha donde caminará la Palabra, la
Sabiduría de Dios. Prepara un camino al Señor con buena conciencia, allana la
ruta para que el Verbo de Dios camine en ti sin tropiezos y te dará el
conocimiento de sus misterios y de su venida.