26.6.06

Camino Nº 2, Autor: San Josemaría

Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: éste lee la vida de Jesucristo.

25.6.06

Encíclica Deus Caritas Est Nº1, Autor: S. S. Benedicto XVI

Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: « Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él ».Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.
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Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 98, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Si queremos ser apóstoles en medio del mundo debemos contar con que algunos -a veces el marido, o la mujer, o los padres, o un amigo de siempre- no nos entiendan, y habremos de cobrar firmeza de ánimo, porque no es una actitud cómoda ir contra corriente. Habremos de trabajar con decisión, con serenidad, sin importarnos nada la reacción de quienes -en no pocos aspectos- se han identificado de tal manera con las costumbres del nuevo paganismo que están como incapacitados para entender un sentido trascendente y sobrenatural de la vida.

19.6.06

Evangelio según San Lucas 11, 24-26

Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí". Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".

12.6.06

Encíclica Dives in Misericordia Nº 14, Autor: Juan Pablo II

El mundo de los hombres puede hacerse "cada vez más humano", solamente si en todas las relaciones recíprocas que plasman su rostro moral introducimos el momento del perdón, tan esencial al evangelio. El perdón atestigua que en el mundo está presente el amor más fuerte que el pecado. El perdón es además la condición fundamental de la reconciliación, no sólo en la relación de Dios con el hombre, sino también en las recíprocas relaciones entre los hombres. Un mundo, del que se eliminase el perdón, sería solamente un mundo de justicia fría e irrespetuosa, en nombre de la cual cada uno reivindicaría sus propios derechos respecto a los demás; así los egoísmos de distintos géneros, adormecidos en el hombre, podrían transformar la vida y la convivencia humana en un sistema de opresión de los más débiles por parte de los más fuertes o en una arena de lucha permanente de los unos contra los otros.

8.6.06

Evangelio según San Lucas 4, 5-7

Después lo condujo el Diablo a un lugar elevado, le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: "Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me ha sido entregado y lo doy a quien quiero. Por tanto, si me adoras, todo será tuyo".

5.6.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 73, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Cristo determina esencialmente el pensamiento y la vida de sus discípulos. Por eso, sería una gran incoherencia dejar nuestra condición de cristianos a un lado a la hora de enjuiciar una obra de arte o un programa político, en el momento de realizar un negocio o de planear las vacaciones. Respetando la propia autonomía, las propias leyes que cada materia tiene y la amplísima libertad en todo lo opinable, el discípulo fiel de Jesús no se detiene en la consideración de un solo aspecto -económico, artístico, cinematográfico...- y no da por buenos unos proyectos o una obra sin más. Si en esos planes, en ese acontecimiento o en esa obra no se guarda la debida subordinación a Dios, su calificación definitiva no puede ser más que una, negativa, cualquiera que sean sus acertados valores parciales.
A la hora de realizar un negocio o aceptar un determinado puesto de trabajo, un buen cristiano no sólo mira si le es rentable económicamente, sino también otras facetas: si es lícito con arreglo a las normas de moralidad, si produce el bien o el mal a otros, valora los beneficios que de él se derivan para la sociedad... Si es moralmente ilícito, o al menos poco ejemplar, las demás características -por ejemplo, la rentabilidad- no lo convierten en un buen negocio. Una buena operación comercial -si no es moral- es un negocio pésimo e irrealizable.
El error se presenta frecuentemente vestido con nobles ropajes de arte, de ciencia, de libertad... Pero la fuerza de la fe ha de ser mayor: es la poderosa luz que nos hace ver que detrás de aquella apariencia de bien hay en realidad un mal, que se manifiesta con la vestidura de una buena obra literaria, de una falsa belleza... Cristo ha de ser la piedra angular de todo edificio.