2.12.06

Es Cristo que Pasa Nº 122, Autor: San Josemaría

Grande es nuestra responsabilidad: porque ser testigo de Cristo supone, antes que nada, procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima. Hemos de conducirnos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama.

24.11.06

Encíclica Mater et Magistra Nº 214, Autor: Juan XXIII

Porque la teoría más falsa de nuestros días es la que afirma que el sentido religioso, que la naturaleza ha infundido en los hombres, ha de ser considerado como pura ficción o mera imaginación, la cual debe, por tanto, arrancarse totalmente de los espíritus por ser contraria en absoluto al carácter de nuestra época y al progreso de la civilización.
Lejos de ser así, esa íntima inclinación humana hacia la religión, resulta, prueba convincente de que el hombre ha sido, en realidad, creado por Dios y tiende irrevocablemente hacia El, como leemos en San Agustín: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (Confesiones I, 1.).

23.11.06

Hablar con Dios, Tomo 5, Nº 89, Autor: Francisco Fernández Carvajal

A la vez, vemos cómo crecen, incluso entre personas que se llaman cultas, las prácticas adivinatorias, el culto desordenado y enfermizo a la estadística, a la planificación...: la incredulidad sale por todas partes. Y es que, en lo íntimo de su conciencia, el hombre atisba la existencia de Alguien que rige el universo, y que no es alcanzable por la ciencia. “No tienen fe. ‑Pero tienen supersticiones” (Camino Nº 587)

12.11.06

Homilía in Julittam Martirem, Autor: San Basilio

Entonces cuando te sientas a la mesa, reza, cuando tomas el pan, agradece al Dador. Cuando refuerzas tu débil cuerpo con vino, entonces piensa en Aquel, que te concede estos dones para alegrarte y reforzarte en las debilidades. Y a pesar de tu poco tiempo para alimento, siempre recuerda al Bienhechor, jamás te olvides. Cuando te vistes agradece a Aquel que te dio el vestido. Si pasó el día, agradece al Señor que nos dio el Sol para trabajar; y en la noche a la luna para iluminar. La noche también tiene su motivo de oración. Cuando contemplas el cielo y admiras su hermosura, entonces ora al Señor de todo el mundo visible; reza al gran Creador de todo el mundo visible; reza al gran Creador de todo el mundo. Por todo ser viviente que descansa en la noche, nuevamente reza a Aquel que interrumpe nuestra actividad con el sueño y luego de un breve descanso, nos permite recuperar todas nuestras fuerzas. La noche pues no será solo para dormir. No permitas que la mitad de tu vida pase en sueño inútil, sino distribuye la noche entre el sueño y la oración. Mayor tiempo, aún que el del sueño, tiene que ser para la perfección espiritual... Entonces así podrás rezar sin interrupción, sin limitarla a la oraciones de meras palabras y todo tu comportamiento estará siempre unido a Dios; así toda tu vida será una oración continua y sin interrupción.

10.11.06

Exclamaciones del Alma a Dios, Autora: Santa Teresa de Avila

¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío, que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad!

2.11.06

Exhortación Apostólica Christifideles Laici, Autor: Juan Pablo II

Ante la mirada iluminada por la fe se descubre un grandioso panorama: el de tantos y tantos fieles laicos —a menudo inadvertidos o incluso incomprendidos; desconocidos por los grandes de la tierra, pero mirados con amor por el Padre—, hombres y mujeres que, precisamente en la vida y actividades de cada jornada, son los obreros incansables que trabajan en la viña del Señor; son los humildes y grandes artífices —por la potencia de la gracia de Dios, ciertamente— del crecimiento del Reino de Dios en la historia.

31.10.06

Hablar con Dios, Tomo 5, Nº 59, Autor: Francisco Fernández Carvajal

La filiación divina es también fundamento de la fraternidad cristiana, que está muy por encima del vínculo de solidaridad que existe entre los hombres. En los demás hemos de ver a hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, llamados a un destino sobrenatural. De esta manera nos será fácil prestarles esas pequeñas ayudas diarias que todos necesitamos unos de otros, y, sobre todo, les facilitaremos siempre el camino que lleva al Padre común.

21.10.06

Es Cristo que Pasa Nº 77, Autor: San Josemaría

Si se abandonan los Sacramentos, desaparece la verdadera vida cristiana. Sin embargo, no se nos oculta que particularmente en esta época nuestra no faltan quienes parece que olvidan, y que llegan a despreciar, esta corriente redentora de la gracia de Cristo. Es doloroso hablar de esta llaga de la sociedad que se llama cristiana, pero resulta necesario, para que en nuestras almas se afiance el deseo de acudir con más amor y gratitud a esas fuentes de santificación. Deciden sin el menor escrúpulo retardar el bautismo de los recién nacidos, privándoles -con un grave atentado contra la justicia y contra la caridad- de la gracia de la fe, del tesoro incalculable de la inhabitación de la Trinidad Santísima en el alma, que viene al mundo manchada por el pecado original.

15.10.06

Libro de la Sabiduría 7, 7-11

Por eso oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro. La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso. Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

14.10.06

Es Cristo que Pasa Nº 1, Autor: San Josemaría

Un día -no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y cuéntale tu historia-, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la gana -que es la razón más sobrenatural-, respondiste que sí a Dios. Y vino la alegría, recia, constante, que sólo desaparece cuando te apartas de El.

9.10.06

Salmo 110

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,

tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

6.10.06

Deuteronomio 8, 7-20

Sí, el Señor, tu Dios, te va a introducir en una tierra fértil, un país de torrentes, de manantiales y de aguas profundas que brotan del valle y de la montaña; una tierra de trigo y cebada, de viñedos, de higueras y granados, de olivares, de aceite y miel; un país donde comerás pan en abundancia y donde nada te faltará, donde las piedras son de hierro y de cuyas montañas extraerás cobre. Allí comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra fértil que él te dio.
Pero ten cuidado: no olvides al Señor, tu Dios, ni dejes de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy.
Y cuando comas hasta saciarte, cuando construyas casas confortables y vivas en ellas, cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todas tus riquezas, no te vuelvas arrogante, ni olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones.
No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres. Así te afligió y te puso a prueba, para que tuvieras un futuro dichoso.
No pienses entonces: "Mi propia fuerza y el poder de mi brazo me han alcanzado esta prosperidad". Acuérdate del Señor, tu Dios, porque él te da la fuerza necesaria para que alcances esa prosperidad, a fin de confirmar la alianza que juró a tus padres, como de hecho hoy sucede. Pero si llegas a olvidarte del Señor, tu Dios, y vas detrás de otros dioses, si los sirves y te postras delante de ellos, yo les aseguro solemnemente que ustedes perecerán. Perecerán como esas naciones que el Señor va destruyendo delante de ustedes, por no haber escuchado la voz del Señor, su Dios.

5.10.06

Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, Nº 20, Autor: Juan Pablo II

Es deber fundamental de la Iglesia reafirmar con fuerza —como han hecho los Padres del Sínodo— la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio; a cuantos, en nuestros días, consideran difícil o incluso imposible vincularse a una persona por toda la vida y a cuantos son arrastrados por una cultura que rechaza la indisolubilidad matrimonial y que se mofa abiertamente del compromiso de los esposos a la fidelidad, es necesario repetir el buen anuncio de la perennidad del amor conyugal que tiene en Cristo su fundamento y su fuerza.

4.10.06

Constitución Dogmática Dei Verbum, Nº 25

De igual forma el Santo Concilio exhorta con vehemencia a todos los cristianos en particular a los religiosos, a que aprendan "el sublime conocimiento de Jesucristo", con la lectura frecuente de las divinas Escrituras. "Porque el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo". Lléguense, pues, gustosamente, al mismo sagrado texto, ya por la Sagrada Liturgia, llena del lenguaje de Dios, ya por la lectura espiritual, ya por instituciones aptas para ello, y por otros medios, que con la aprobación o el cuidado de los Pastores de la Iglesia se difunden ahora laudablemente por todas partes. Pero no olviden que debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable diálogo entre Dios y el hombre; porque "a El hablamos cuando oramos, y a El oímos cuando leemos las palabras divinas.

3.10.06

Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Nº 74

Pero cuando la autoridad pública, rebasando su competencia, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rehuir las exigencias objetivas del bien común; les es lícito, sin embargo, defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de tal autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica.

2.10.06

Forja Nº 104, Autor: San Josemaría

Hay dos puntos capitales en la vida de los pueblos: las leyes sobre el matrimonio y las leyes sobre la enseñanza; y ahí, los hijos de Dios tienen que estar firmes, luchar bien y con nobleza, por amor a todas las criaturas.

1.10.06

Números, Capítulo 11, 26-29

Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento." Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: "Señor mío, Moisés, prohíbeselo." Moisés le respondió: ¿Estás celoso de mí? "¡Dios quisiera que todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!"

25.9.06

Juan Pablo II, Historia de un Hombre, Capítulo 1, Autores: Adam Bujak y Mieczyslav Malinski

En el horizonte de la vida de Karol se destaca, cada vez con mayor claridad, una nueva personalidad. Jan Tyranowski. De profesión, sastre; formación, el bachillerato en una escuela de enseñanza general. Ha trabajado en el comercio de libros, pero pronto lo ha dejado y ha vuelto junto a su padre, que es sastre, y junto a su hermano, que sigue las huellas del padre; se ha retirado para poder vivir en silencio, evitar dispersiones innecesarias y acercarse a Dios por la oración y la contemplación. Cuando en la primavera de 1940, el padre Mazerski ha empezado a tener unas pláticas para la juventud –en conexión con unos ejercicios para jóvenes-, Tyranowski aparece.


Y Jan –como pronto le llamarían- empieza su obra admirable, que nadie había supuesto, ni propuesto, ni nadie se lo había exigido, ni nadie la habría realizado como él. De este modo procediendo sistemáticamente, como lo aprendió trabajando de librero y correspondía su natural, se reunía una vez por semana con los quince miembros de su “rosario viviente –entre los que se encontraba Karol- para hablar un poco con ellos”. El diálogo duraba siempre una hora larga. Eran conversaciones maravillosas. Propiamente no eran diálogos sobre temas religiosos, sino un curso de religión. Un curso de vida interior que Jan había preparado y que cada uno de sus muchachos tenía que realizar. Pero no es un curso de conocimientos religiosos. Aquí no se trata de la cuestión de en qué ha de creer uno, sino de la cuestión de cómo hay que vivir. Y así se habla mucho del amor, de la abnegación, del trabajo, del sacrificio. Del mal que amenaza a todos. Cada uno tiene la obligación de examinar sus preferencias y sus faltas, y los rasgos esenciales del propio temperamento. Se explican los medios que, en contacto con Cristo, pueden ayudar a la formación del propio carácter, como la oración de la mañana y de la noche, la lectura de la sagrada escritura y de obras religiosas. Y no todo se queda en la explicación, sino que Jan se esfuerza por lograr que estos medios entre en la vida de sus protegidos, y que no se contenten con buenas intenciones. Para este fin utiliza unas gráficas en las que cada uno ha puesto, cada día, si ha cumplido o no con las tareas propuestas...

..., están los muchachos que se reúnen en el grupo del rosario. Con ellos hay que hacer algo, no se les puede rechazar. Son chicos llenos de respeto, entrega y obediencia; muchachos que se pueden dirigir, que se deben dirigir, que se dejan dirigir, que quieren ser dirigidos. En la realidad vacía de los años de la ocupación, en este tiempo inhumano, en la pleamar del odio por un lado y del afán de venganza por el otro, estos muchachos encuentra que lo que se vive en el grupo de Tyranowski es como un mundo normal y humano, un mundo tal como ha de ser para que los hombres puedan vivir en él. Tyranowski emprende la nueva tarea como si fuese la más sencilla y natural. Instruye por separado, y más de lo que lo ha hecho hasta ahora, a cada uno de los quince muchachos, sobre la necesidad de la difusión de la fe, sobre la preocupación por los demás hombres, sobre la responsabilidad que se tiene de los otros y de la juventud en especial. A los más celosos los hace celadores de los nuevos “rosarios vivientes” que han surgido. Así Karol pasa a ser celador de un nuevo grupo de quince. Empieza a hacer el “trabajo” que antes hizo con él Jan: se encuentra con los muchachos de los que es celador.

19.9.06

Salmo 102, 2-3

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta Ti; no me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame enseguida.

12.9.06

Carta de San Pablo a los Gálatas 4, 4-7

pero al llegar la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y porque sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abbá, Padre!" Así que ya no eres siervo, sino hijo; y si eres hijo, también heredero por voluntad de Dios.

10.9.06

Ilustrísimos Señores; Capítulo: Aquellos Tiempos del "Gobo de Rialto", Autor: Albino Luciani

de la Carta de Albino Luciani a Aldo Manuzio, tipógrafo y editor que fundó en Venecia (1494) una imprenta famosa por la elegancia de los caracteres tipográficos inventados por él llamados "itálicos":

A fuer de humanista, recordarás, sin duda, el capítulo tercero del libro octavo de La República, de Platón, donde se enumeran los signos de la decadencia democrática: los gobernantes son aceptados por los súbditos sólo a condición de que autoricen los peores excesos; al que obedece las leyes le llaman estúpido; los padres no se atreven a corregir a sus hijos; los hijos ultrajan a sus padres (“para ser libres”, escribe irónicamente Platón); el maestro teme al alumno, y el alumno desprecia al maestro; los jóvenes adoptan aires de ancianos, y los ancianos se hartan de gastar bromas para imitar a los jóvenes; las mujeres, en el vestir, se parecen a los hombres, etc.; ya conoces el capítulo.

9.9.06

¿Hacia dónde camina Chile? Nº 8, Autor: Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

Nuestras familias no merecen las “Normas nacionales sobre regulación de la fertilidad” emanadas del gobierno de Chile. Estamos con todas las familias que día a día hacen patria a pesar de tantas dificultades. Extendemos a los padres, hijos y abuelos nuestro especial afecto en esta hora. A todos los que trabajan y luchan por la vida, les animamos a continuar, sin descanso, en este propósito.
ver documento completo en www.mislekturas-haciadonde.blogspot.com

8.9.06

¿Hacia dónde camina Chile? Nº 4, Autor: Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

El documento normativo recuerda a políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas en función de criterios autoritarios, no consensuados, y reñidos con el respeto a la dignidad de la persona humana.
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7.9.06

¿Hacia dónde camina Chile? Nº 1, Autor: Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

No son éstas las políticas que los pastores esperábamos como buenos anuncios en el mes de la patria. No es éste el camino para el Chile que se apresta a celebrar su Bicentenario. Esperábamos buenas noticias en el ámbito de la justicia social y de la educación. Este camino escogido nos decepciona.
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4.9.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 21, Autor: Georges Chevrot

pues eso basta para que sea digno de su interés. Esfuérzate sin duda en protegerlo contra sus malas pasiones, pero desde el momento en que sufre, sé misericordioso. Amarás a tu prójimo, no cuando lo merezca, sino porque es tu prójimo.

3.9.06

Constitución Pastoral Gaudium et Spes Nº 16

En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo. La fidelidad a esta conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuoy a la sociedad. Cuanto mayor es el predominio de la recta conciencia, tanto mayor seguridad tienen las personas y las sociedades para apartarse del ciego capricho y para someterse a las normas objetivas de la moralidad. No rara vez, sin embargo, ocurre que yerra la conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien y la conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito del pecado.

2.9.06

Hablar con Dios, Tomo 4, Nº 81, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Se nos ha dado, entre otros dones, la vida natural, el primer regalo de Dios; la inteligencia, para comprender las verdades creadas y ascender a través de ellas hasta el Creador; la voluntad, para querer el bien, para amar; la libertad, con la que nos dirigimos como hijos a la Casa paterna; el tiempo, para servir a Dios y darle gloria; bienes materiales, para que nos sirvan de instrumento para sacar adelante obras buenas, en favor de la familia, de la sociedad, de los más necesitados... En otro plano, incomparablemente más alto y de más valor, hemos recibido la vida de la gracia -participación de la misma vida eterna de Dios-, que nos hace miembros de la Iglesia y partícipes en la Comunión de los Santos, y la llamada de Dios a seguirle de cerca. Ha puesto a nuestra disposición los sacramentos, especialmente el don inestimable de la Sagrada Eucaristía; hemos recibido como Madre a la Madre Dios; los siete dones y los frutos del Espíritu Santo que nos impulsan constantemente a ser mejores; un Angel que nos custodia y protege...

1.9.06

Es Cristo que Pasa Nº 72, Autor: San Josemaría

La caridad cristiana no se limita a socorrer al necesitado de bienes económicos; se dirige, antes que nada, a respetar y comprender a cada individuo en cuanto tal, en su intrínseca dignidad de hombre y de hijo del Creador. Por eso, los atentados a la persona -a su reputación, a su honor- denotan, en quien los comete, que no profesa o que no practica algunas verdades de nuestra fe cristiana, y en cualquier caso la carencia de un auténtico amor de Dios. La caridad por la que amamos a Dios y al prójimo es una misma virtud, porque la razón de amar al prójimo es precisamente Dios, y amamos a Dios cuando amamos al prójimo con caridad .

31.8.06

Ilustrísimos Señores, Capítulo "El Tiempo de los Impostores", Autor: Albino Luciani


de la Carta de Albino Luciani a Pavel Ivanovic Cicikov, grotesco personaje de ¨Las Almas Muertas" de Gogol, que hace grandes negocios gracias a una mayúscula mentira:

Impostores serían -según Cesbron- los hombres de la gran prensa, que, divulgando indiscreciones sensacionalistas e insinuaciones calumniosas, se aprovechan de los más bajos instintos de la gente y van destruyendo poco a poco el sentido moral.
A la “gran prensa” Cesbron podría añadir el cine, la radio, la televisión. Estos nuevos instrumentos, en sí mismos muy útiles, si los manipula gente astuta, a fuerza de bombardear a los receptores con colores sonorizados y de una persuasión tanto más eficaz cuanto más oculta, son capaces de hacer que los hijos acaben odiando al mejor de los padres y la gente vea blanco lo que es negro.

30.8.06

Hablar con Dios, Tomo 4, Nº 83, Autor: Francisco Fernández Carvajal

La lealtad a nuestros compromisos de hombres y mujeres que siguen a Cristo, la fortaleza y el indispensable sentido común han de llevarnos a actuar con sensatez, a evitar las ocasiones de peligro para la salud del alma y para la integridad de la vida espiritual: a dejar de oír o ver determinados programas de radio o televisión, cuando sea necesario; a guardar los sentidos; a no participar en una conversación que rebaja la dignidad de los presentes y, en muchos casos, a cambiar su curso; a no descuidar los detalles de pudor y de modestia en el vestir, en el aseo personal, en el deporte; a no asistir a lugares que desdicen de un buen cristiano, aunque estén de moda o asista la mayor parte de nuestros compañeros; a manifestar, sin complejos, la repulsa ante espectáculos obscenos... Conviene recordar que la palabra obsceno procede del antiguo teatro griego y romano, y significaba aquello que, por respeto a los espectadores, no debía representarse en la escena, por pertenecer a la intimidad personal: incluso esa civilización pagana -que tenía normas morales tan relajadas- entendía que hay cosas que no son para hacer delante de otras personas.

29.8.06

Hechos de los Apostoles, 17,21

Pues los atenienses y todos los extranjeros que vivían con ellos no se entretenían sino en decir o en oír la última novedad.

28.8.06

Hechos de los Apostoles, 16,19

Al ver sus amos que desaparecía la esperanza de sus beneficios, prendieron a Pablo y Silas y los llevaron a la plaza, ante las autoridades.

27.8.06

Josué 24, 15

Si no os parece bien servir al Señor, escoged a quien queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Eufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.

26.8.06

Evangelio según San Juan 6, 67-69

Por eso preguntó Jesús a los Doce: “También vosotros os queréis marchar?” Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios”

25.8.06

Amigos de Dios Nº 38, Autor: San Josemaría

Esclavitud o filiación divina: he aquí el dilema de nuestra vida. O hijos de Dios o esclavos de la soberbia, de la sensualidad, de ese egoísmo angustioso en el que tantas almas parecen debatirse. El Amor de Dios marca el camino de la verdad, de la justicia, del bien. Cuando nos decidimos a contestar al Señor: mi libertad para ti, nos encontramos liberados de todas las cadenas que nos habían atado a cosas sin importancia, a preocupaciones ridículas, a ambiciones mezquinas. Y la libertad -tesoro incalculable, perla maravillosa que sería triste arrojar a las bestias - se emplea entera en aprender a hacer el bien . Esta es la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Los cristianos amilanados -cohibidos o envidiosos- en su conducta, ante el libertinaje de los que no han acogido la Palabra de Dios, demostrarían tener un concepto miserable de nuestra fe. Si cumplimos de verdad la Ley de Cristo -si nos esforzamos por cumplirla, porque no siempre lo conseguiremos-, nos descubriremos dotados de esa maravillosa gallardía de espíritu, que no necesita ir a buscar en otro sitio el sentido de la más plena dignidad humana.

24.8.06

Hablar con Dios, Tomo 4, Nº 74, Autor: Francisco Fernández Carvajal

El viajero que se dirige a una región desconocida consulta un mapa, pregunta a quien conoce el camino y sigue las señales de la carretera, y lo hace con interés, pues desea llegar a su destino. De ninguna manera se siente coartado en su libertad, ni considera una humillación depender de mapas, señales y guías para llegar a donde se ha propuesto. Si estaba inseguro o comenzaba a sentirse algo perdido, las señales que encuentra son para él motivo de alivio y de agradecimiento.
De hecho, con frecuencia nos fiamos más de los mapas o de las señales de carretera que de nuestro propio sentido de orientación, de cuya poca fiabilidad tenemos sobrada experiencia. Cuando aceptamos esas señales no experimentamos ninguna sensación de imposición; más bien las recibimos como una gran ayuda, un nuevo conocimiento, que pronto convertimos en algo propio. Esto ocurre con los Mandamientos de Dios, con las leyes y enseñanzas de la Iglesia, con el consejo que recibimos en la dirección espiritual o el que pedimos ante una situación comprometida... Son señales que, de modo diverso, garantizan nuestra libertad, la elección libre que hicimos de seguir a Cristo, dejando a un lado otros caminos que no llevan a donde queremos ir…
No nos debe sorprender si alguna vez esas señales indicadoras de las que Dios se sirve nos conducen a dejar senderos o avenidas que parecen más gratos, para escoger otros más empinados y duros. Aunque esa elección sufra las protestas de nuestra comodidad, siempre tendremos la alegría, también cuando sintamos las asperezas del terreno, de que nuestra vida tiene un formidable objetivo, que escogimos quizá hace ya un buen número de años o, por el contrario, hace apenas unos días. Vamos a la cumbre, y allí nos espera Cristo.

23.8.06

La Libertad Interior, Cáp. 1, Autor: Jacques Philippe

El rencor perjudica las fuerzas de aquel de quien se adueña y causa en él mucho daño. Cuando alguien nos ha hecho sufrir, nuestra tendencia espontánea es a guardar cuidadosamente el recuerdo del daño padecido, como una “factura” que esgrimir en el momento oportuno para exigir cuentas y hacer pagar al otro lo que nos debe. De lo que no somos conscientes es de que esas facturas acumuladas terminan por envenenar nuestra vida. Es mucho más inteligente perdonar toda deuda, tal y como invita el Evangelio; a su vez, se nos perdonará todo a nosotros y nuestro corazón quedará libre.
Todos hemos experimentado cómo el resentimiento guardado a otra persona nos lleva a perder la objetividad respecto a ella. Entonces todo lo vemos negro y nos cerramos a cuanto -a pesar de que nos haya hecho sufrir- podría aportarnos de positivo

21.8.06

Evangelio según San Juan 6, 53-58

"Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".

20.8.06

Carta de San Pablo a los Efesios 5, 15-17

Mirad, pues, con cuidado cómo andáis; no como necios, sino como sabios, aprovechando el tiempo, porque los días son malos. Por esto, no séais insensatos, sino entended cuál es la voluntad del Señor.

19.8.06

Libro de los Proverbios 9,1-6.

La Sabiduría edificó su casa, talló sus siete columnas, inmoló sus víctimas, mezcló su vino, y también preparó su mesa. Ella envió a sus servidoras a proclamar sobre los sitios más altos de la ciudad: "El que sea incauto, que venga aquí". Y al falto de entendimiento, le dice: "Vengan, coman de mi pan, y beban del vino que yo mezclé. Abandonen la ingenuidad, y vivirán, y sigan derecho por el camino de la inteligencia".

30.7.06

Carta de San Pablo a los Efesios 4, 1-6

que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevandoos unos a otros con caridad solícitos por conservar la unidad de espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados, la de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todo y en todo.

27.7.06

Jeremías 2, 8 y 13

Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación. . . Por que mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.

22.7.06

Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Nº 61

Empléense los descansos oportunamente para distracción del ánimo y para consolidar la salud del espíritu y del cuerpo, ya sea entregándose a actividades o a estudios libres, ya a viajes por otras regiones (turismo), con los que se afina el espíritu y los hombres se enriquecen con el mutuo conocimiento; ya con ejercicios y manifestaciones deportivas, que ayudan a conservar el equilibrio espiritual, incluso en la comunidad, y a establecer relaciones fraternas entre los hombres de todas las clases, naciones y razas. Cooperen los cristianos también para que las manifestaciones y actividades culturales colectivas, propias de nuestro tiempo, se humanicen y se impregnen de espíritu cristiano.
Todas estas posibilidades no pueden llevar la educación del hombre al pleno desarrollo cultural de sí mismo, si al mismo tiempo se descuida el preguntarse a fondo por el sentido de la cultura y de la ciencia para la persona humana.

21.7.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 89, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Los Apóstoles y los cristianos de los comienzos encontraron una sociedad minada en sus cimientos, sobre la que era prácticamente imposible construir ningún ideal. San Pablo describe así la sociedad romana y el mundo pagano en general, que había oscurecido enormemente, en muchos aspectos, la luz natural de la razón y se había quedado como ciego para verla misma dignidad del hombre: Por lo cual, Dios los abandonó a los deseos de su corazón, a los vicios de la impureza (...). Por eso los entregó Dios a pasiones infames (...). Pues como no quisieron reconocer a Dios, los entregó a un réprobo sentido, de suerte que han hecho cosas indignas de hombre, quedando atestados de toda suerte de iniquidad, de malicia, de fornicación, de avaricia, de perversidad, llenos de envidia, homicidas, pendencieros, fraudulentos, malignos, chismosos, infamadores, enemigos de Dios, ultrajadores, soberbios, altaneros, inventores de vicios, desobedientes a sus padres, desgarrados, desamorados, desleales, despiadados . Y desde el seno de esta sociedad los cristianos la transformaron; allí cayó la semilla, y de ahí al mundo entero, y aunque era insignificante llevaba una fuerza divina, porque era de Cristo. Los primeros cristianos que llegaron a Roma no eran distintos de nosotros, y con la ayuda de la gracia ejercieron un apostolado eficaz, trabajando codo a codo, en las mismas profesiones que los demás, con los mismos problemas, acatando las mismas leyes, a no ser que fueran directamente en contra de las de Dios.

19.7.06

Salmo 94,14-15.

El que hizo el oído, ¿no va a escuchar? El que formó los ojos, ¿será incapaz de ver? ¿Dejará de castigar el que educa a las naciones y da a los hombres el conocimiento? Porque el Señor no abandona a su pueblo ni deja desamparada a su herencia: la justicia volverá a los tribunales y los rectos de corazón la seguirán.

14.7.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 73, Autor: Francisco Fernández Carvajal

A la hora de realizar un negocio o aceptar un determinado puesto de trabajo, un buen cristiano no sólo mira si le es rentable económicamente, sino también otras facetas: si es lícito con arreglo a las normas de moralidad, si produce el bien o el mal a otros, valora los beneficios que de él se derivan para la sociedad... Si es moralmente ilícito, o al menos poco ejemplar, las demás características -por ejemplo, la rentabilidad- no lo convierten en un buen negocio. Una buena operación comercial -si no es moral- es un negocio pésimo e irrealizable.
El error se presenta frecuentemente vestido con nobles ropajes de arte, de ciencia, de libertad... Pero la fuerza de la fe ha de ser mayor: es la poderosa luz que nos hace ver que detrás de aquella apariencia de bien hay en realidad un mal, que se manifiesta con la vestidura de una buena obra literaria, de una falsa belleza... Cristo ha de ser la piedra angular de todo edificio.

9.7.06

Surco Nº 166, Autor: San Josemaría

Permíteme que te hable con crudeza. Te sobran "motivos" para volver la cara, y te faltan arrestos para corresponder a la gracia que El te concede, porque te ha llamado a ser otro Cristo, "ipse Christus!" - el mismo Cristo. Te has olvidado de la amonestación del Señor al Apóstol: " te basta mi gracia!", que es una confirmación de que, si quieres, puedes.

26.6.06

Camino Nº 2, Autor: San Josemaría

Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: éste lee la vida de Jesucristo.

25.6.06

Encíclica Deus Caritas Est Nº1, Autor: S. S. Benedicto XVI

Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: « Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él ».Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.
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Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 98, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Si queremos ser apóstoles en medio del mundo debemos contar con que algunos -a veces el marido, o la mujer, o los padres, o un amigo de siempre- no nos entiendan, y habremos de cobrar firmeza de ánimo, porque no es una actitud cómoda ir contra corriente. Habremos de trabajar con decisión, con serenidad, sin importarnos nada la reacción de quienes -en no pocos aspectos- se han identificado de tal manera con las costumbres del nuevo paganismo que están como incapacitados para entender un sentido trascendente y sobrenatural de la vida.

19.6.06

Evangelio según San Lucas 11, 24-26

Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí". Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".

12.6.06

Encíclica Dives in Misericordia Nº 14, Autor: Juan Pablo II

El mundo de los hombres puede hacerse "cada vez más humano", solamente si en todas las relaciones recíprocas que plasman su rostro moral introducimos el momento del perdón, tan esencial al evangelio. El perdón atestigua que en el mundo está presente el amor más fuerte que el pecado. El perdón es además la condición fundamental de la reconciliación, no sólo en la relación de Dios con el hombre, sino también en las recíprocas relaciones entre los hombres. Un mundo, del que se eliminase el perdón, sería solamente un mundo de justicia fría e irrespetuosa, en nombre de la cual cada uno reivindicaría sus propios derechos respecto a los demás; así los egoísmos de distintos géneros, adormecidos en el hombre, podrían transformar la vida y la convivencia humana en un sistema de opresión de los más débiles por parte de los más fuertes o en una arena de lucha permanente de los unos contra los otros.

8.6.06

Evangelio según San Lucas 4, 5-7

Después lo condujo el Diablo a un lugar elevado, le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: "Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me ha sido entregado y lo doy a quien quiero. Por tanto, si me adoras, todo será tuyo".

5.6.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 73, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Cristo determina esencialmente el pensamiento y la vida de sus discípulos. Por eso, sería una gran incoherencia dejar nuestra condición de cristianos a un lado a la hora de enjuiciar una obra de arte o un programa político, en el momento de realizar un negocio o de planear las vacaciones. Respetando la propia autonomía, las propias leyes que cada materia tiene y la amplísima libertad en todo lo opinable, el discípulo fiel de Jesús no se detiene en la consideración de un solo aspecto -económico, artístico, cinematográfico...- y no da por buenos unos proyectos o una obra sin más. Si en esos planes, en ese acontecimiento o en esa obra no se guarda la debida subordinación a Dios, su calificación definitiva no puede ser más que una, negativa, cualquiera que sean sus acertados valores parciales.
A la hora de realizar un negocio o aceptar un determinado puesto de trabajo, un buen cristiano no sólo mira si le es rentable económicamente, sino también otras facetas: si es lícito con arreglo a las normas de moralidad, si produce el bien o el mal a otros, valora los beneficios que de él se derivan para la sociedad... Si es moralmente ilícito, o al menos poco ejemplar, las demás características -por ejemplo, la rentabilidad- no lo convierten en un buen negocio. Una buena operación comercial -si no es moral- es un negocio pésimo e irrealizable.
El error se presenta frecuentemente vestido con nobles ropajes de arte, de ciencia, de libertad... Pero la fuerza de la fe ha de ser mayor: es la poderosa luz que nos hace ver que detrás de aquella apariencia de bien hay en realidad un mal, que se manifiesta con la vestidura de una buena obra literaria, de una falsa belleza... Cristo ha de ser la piedra angular de todo edificio.

31.5.06

Carta de San Pablo a los Romanos 12, 9-16.

Amen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasión por el bien. Amense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos. Con solicitud incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración. Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad. Bendigan a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca. Alégrense con los que están alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros, no quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes. No presuman de sabios.

16.5.06

Constitución Dogmática Dei Verbum, Nº 19

La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. los Apóstoles,, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de las Iglesias, reteniendo por fin la forma de proclamación de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús

15.5.06

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 76, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Pero para hablar con Dios, presente realmente en el alma en gracia, es necesario el recogimiento de los sentidos, que tienden a desparramarse y quedarse apegados a las cosas; sabernos “templos de Dios” y actuar siempre en consecuencia; rodear de amor, de un silencio sonoro, esa presencia íntima de la Trinidad en nuestra alma.

9.5.06

Mis ovejas escuchan mi voz, Autora: Beata Teresa de Calcuta

Puede ser que tu juzgues cosa difícil el orar porque no sabes como hacerlo. Cada uno de nosotros debe ayudarse a orar: en primer lugar, recurriendo al silencio, puesto que no podemos ponernos en presencia de Dios si no practicamos el silencio, tanto interior como exterior. Hacer silencio dentro de nosotros mismos no es cosa fácil, pero es un esfuerzo indispensable. Tan sólo en el silencio encontraremos una nueva fuerza y la verdadera unidad. La fuerza de Dios llegará a ser la nuestra para poder cumplir cualquier cosa tal como se debe; será lo mismo para llegar a que nuestros pensamientos estén unidos a los suyos, para la unión de nuestras oraciones con sus oraciones, para la unidad de nuestros actos con sus actos, de nuestra vida con su vida. La unidad es el fruto de la oración, de la humildad, del amor. Dios habla en el silencio del corazón; si te pones frente a Dios en el silencio y la oración, Dios te hablará. Y sabrás entonces que tu no eres nada. Dios no puede llenarte de él mismo hasta que tu no conozcas tu nada, tu vaciedad. Las almas de los grandes orantes son almas de gran silencio. El silencio hace cambiar nuestra visión de las cosas. Tenemos necesidad del silencio para llegar a “tocar” las almas de los demás. Lo esencial no es lo que nosotros decimos, sino lo que Dios dice, lo que nos dice, lo que dice a través de nosotros. En un silencio tal, él nos escuchará; en un silencio tal, hablará a nuestra alma, y escucharemos su voz.

7.5.06

Evangelio según San Mateo 8, 2-3

En esto, se le acercó un leproso que se postró ante él, diciendo:
"Señor, si quieres, puedes limpiarme" Tendiendo la mano, le tocó y dijo: "Quiero, queda limpio". Y al instante quedó limpio de su lepra.

6.5.06

Evangelio según San Juan 14, 12-14

Os lo aseguro: quien cree en mí hará las obras que yo hago y las hará mayores que éstas, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, eso haré, para que el Padre, sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.

24.4.06

Surco Nº 481, Autor: San Josemaría

Mira tu conducta con detenimiento. Verás que estás lleno de errores, que te hacen daño a ti y quizá también a los que te rodean. -Recuerda, hijo, que no son menos importantes los microbios que las fieras. Y tú cultivas esos errores, esas equivocaciones -como se cultivan los microbios en el laboratorio-, con tu falta de humildad, con tu falta de oración, con tu falta de cumplimiento del deber, con tu falta de propio conocimiento... Y, después, esos focos infectan el ambiente. -Necesitas un buen examen de conciencia diario, que te lleve a propósitos concretos de mejora, porque sientas verdadero dolor de tus faltas, de tus omisiones y pecados.

23.4.06

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 54, Autor: Francisco Fernández Carvajal

En los primeros siglos la difusión del cristianismo se realizó principalmente por el testimonio personal de los cristianos que se convertían. Era una predicación sencilla de la Buena Nueva: de hombre a hombre, de familia a familia; entre quienes tenían el mismo oficio, entre vecinos; en los barrios, en los mercados, en las calles. Hoy también quiere el Señor que el mundo, la calle, el trabajo, las familias sean el cauce para la transmisión de la fe.

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 54, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Si no veo la señal de los clavos en sus manos, y no meto mi dedo en esa señal de los clavos y mi mano en su costado, no creeré. Los que habían compartido con él aquellos tres años y con quienes por tantos lazos estaba unido, le repetirían de mil formas diferentes la misma verdad, que era su alegría y su seguridad: ¡Hemos visto al Señor! Tomás pensaba que el Señor estaba muerto. Los demás le aseguraban que vive, que ellos mismos lo han visto y oído, que han estado con Él. Así hemos de hacer nosotros: para muchos hombres y para muchas mujeres Cristo es como si estuviera muerto, porque apenas significa nada para ellos, casi no cuenta en su vida. Nuestra fe en Cristo resucitado nos impulsa a ir a esas personas, a decirles de mil formas diferentes que Cristo vive, que nos unimos a Él por la fe y lo tratamos cada día, que orienta y da sentido a nuestra vida.

11.4.06

Evangelio según San Mateo 18, 19-20

También os lo aseguro: si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir alguna cosa, les será otorgada por mi Padre que está en los cielos. Pues donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

10.4.06

Evangelio según San Mateo 18, 6

Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una piedra de molino de las que mueven los asnos y lo hundan en el fondo del mar

9.4.06

Evangelio según San Mateo 17, 20

Porque os aseguro que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Trasládate de aquí allá" y se trasladará y nada os será imposible.

8.4.06

Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Nº 4

Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y miseria y son muchedumbre los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre un sentido tan agudo de su libertad, y entretanto surgen nuevas formas de esclavitud social y psicológica. Mientras el mundo siente con tanta viveza su propia unidad y la mutua interdependencia en ineludible solidaridad, se ve, sin embargo, gravísimamente dividido por la presencia de fuerzas contrapuestas. Persisten, en efecto, todavía agudas tensiones políticas, sociales, económicas, raciales e ideológicas, y ni siquiera falta el peligro de una guerra que amenaza con destruirlo todo. Se aumenta la comunicación de las ideas; sin embargo, aun las palabras definidoras de los conceptos más fundamentales revisten sentidos harto diversos en las distintas ideologías. Por último, se busca con insistencia un orden temporal más perfecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los espíritus.
Afectados por tan compleja situación, muchos de nuestros contemporáneos difícilmente llegan a conocer los valores permanentes y a compaginarlos con exactitud al mismo tiempo con los nuevos descubrimientos. La inquietud los atormenta, y se preguntan, entre angustias y esperanzas, sobre la actual evolución del mundo. El curso de la historia presente en un desafío al hombre que le obliga a responder.

7.4.06

Homilía en la Misa por la elección del Papa, Autor: Cardenal Joseph Ratzinger

Tener una fe clara, según el Credo de la Iglesia, es etiquetado con frecuencia como fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, el dejarse llevar «zarandear por cualquier viento de doctrina», parece ser la única actitud que está de moda. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que sólo deja como última medida el propio yo y sus ganas.

6.4.06

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 32, Autor: Francisco Fernández Carvajal

¿Somos verdaderamente un foco de luz, en medio de tanta oscuridad, o estamos aún atenazados por la pereza o los respetos humanos? Nos ayudará a ser más apostólicos y vencer los obstáculos el considerar en la presencia del Señor que las personas que se han cruzado en el camino de nuestra vida tenían derecho a que les ayudásemos a conocer mejor a Jesús. ¿Hemos cumplido con ese deber de cristianos? Ojalá no puedan reprocharnos -en esta vida o en la otra- que los hayamos privado de esa ayuda: hominem non habeo no he tenido quien me diera un poco de luz entre tanta oscuridad.

4.4.06

Via Crucis, Autor: San Josemaría

- Nicodemo y José de Arimatea - discípulos ocultos de Cristo- interceden por el desde los altos cargos que ocupan. En la hora de la soledad, del abandono total y del desprecio..., entonces dan la cara audacter (Mc XV,43)...: valentía heroica!
- Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, y ahí, Señor, descansad!
- Cuando todo el mundo os abandone y desprecie..., serviam!, os serviré, Señor.

3.4.06

Zacarías 13, 6

Y si alguno le pregunta: ¿Qué cicatrices son esas que hay en tus manos? El responderá: Las que me hicieron en la casa de los que me aman.

2.4.06

Evangelio según San Mateo 12, 36-37

Os digo, por tanto: de toda palabra ociosa que digan los hombres darán cuenta el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado

1.4.06

Evangelio según San Lucas 19, 41-42

Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: "¡Si supieras también tú en este día lo que te lleva a la paz!" Pero ahora está oculto a tus ojos

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 32, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Cierto día -narra el Evangelio de la Misa de hoy- los judíos enviaron a los guardias del Templo para prender a Jesús. Cuando regresaron, y ante la pregunta de sus jefes: ¿Cómo no lo habéis traído?, los guardias respondieron: Jamás nadie ha hablado así . Es de suponer que aquellos sencillos servidores estuvieron un rato entre la gente, esperando el momento oportuno para prender al Señor, pero se quedaron maravillados de la doctrina de Jesús. ¡Cuántos cambiarían la actitud si nosotros lográramos dar a conocer la figura de Cristo, la verdadera imagen que profesa nuestra Madre la Iglesia! Qué ignorancia tan grande, después de veinte siglos, la de nuestro mundo e incluso la de muchos cristianos!

30.3.06

Evangelio según San Lucas 19, 39-40

Algunos fariseos de entre la multitud le dijeron "Maestro, reprende a tus discípulos". Él respondió: "Os digo que si éstos callan, gritarán las piedras".

29.3.06

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 40, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Jesús quiere también entrar hoy triunfante en la vida de los hombres sobre una cabalgadura humilde: quiere que demos testimonio de Él, en la sencillez de nuestro trabajo bien hecho, con nuestra alegría, con nuestra serenidad, con nuestra sincera preocupación por los demás. Quiere hacerse presente en nosotros a través de las circunstancias del vivir humano.

28.3.06

Constitución Dogmática Lumen Gentium, Nº 9

Aquel pueblo mesiánico, por tanto, aunque de momento no contenga a todos los hombres, y muchas veces aparezca como una pequeña grey es, sin embargo, el germen firmísimo de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano. Constituido por Cristo en orden a la comunión de vida, de caridad y de verdad, es empleado también por El como instrumento de la redención universal y es enviado a todo el mundo como luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt., 5,13-16).

26.3.06

Via Crucis, Autor: San Josemaría

¿no es verdad que en cuanto dejas de tener miedo a la Cruz, a eso que la gente llama cruz, cuando pones tu voluntad en aceptar la Voluntad divina, eres feliz, y se pasan todas las preocupaciones, los sufrimientos físicos o morales?

25.3.06

Exhortación Apostólica Gaudete in Domino, I, Autor: Pablo VI

La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la alegría. Porque la alegría tienen otro origen. Es espiritual. El dinero, el confort, la higiene, la seguridad material no faltan con frecuencia; sin embargo, el tedio, la aflicción, la tristeza forman parte, por desgracia, de la vida de muchos.

24.3.06

Es Cristo que Pasa Nº 105, Autor: San Josemaría

Quiere el Señor a los suyos en todas las encrucijadas de la tierra. A algunos los llama al desierto, a desentenderse de los avatares de la sociedad de los hombres, para hacer que esos mismos hombres recuerden a los demás, con su testimonio, que existe Dios. A otros, les encomienda el ministerio sacerdotal. A la gran mayoría, los quiere en medio del mundo, en las ocupaciones terrenas. Por lo tanto, deben estos cristianos llevar a Cristo a todos los ámbitos donde se desarrollan las tareas humanas: a la fábrica, al laboratorio, al trabajo de la tierra, al taller del artesano, a las calles de las grandes ciudades y a los senderos de montaña.

23.3.06

Suma Teológica, 1, q. 25, Autor: Santo Tomás de Aquino

La omnipotencia de Dios se manifiesta en grado sumo perdonando y apiadándose, porque la manera de demostrar que Dios tiene el poder supremo es perdonando libremente.

21.3.06

Encíclica Redemptoris Hominis Nº 10, Autor: Juan Pablo II

¡Qué valor debe tener el hombre a los ojos del Creador, si ha « merecido tener tan grande Redentor », si « Dios ha dado a su Hijo », a fin de que él, el hombre, « no muera sino que tenga la vida eterna »!
En realidad, ese profundo estupor respecto al valor y a la dignidad del hombre se llama Evangelio, es decir, Buena Nueva. Se llama también cristianismo. Este estupor justifica la misión de la Iglesia en el mundo, incluso, y quizá aún más, « en el mundo contemporáneo ». Este estupor y al mismo tiempo persuasión y certeza que en su raíz profunda es la certeza de la fe, pero que de modo escondido y misterioso vivifica todo aspecto del humanismo auténtico, está estrechamente vinculado con Cristo. Él determina también su puesto, su --por así decirlo-- particular derecho de ciudadanía en la historia del hombre y de la humanidad.

20.3.06

Amigos de Dios Nº 309, Autor: San Josemaría

Lejos de nuestra conducta, por tanto, el recuerdo de las ofensas que nos hayan hecho, de las humillaciones que hayamos padecido -por injustas, inciviles y toscas que hayan sido-, porque es impropio de un hijo de Dios tener preparado un registro, para presentar una lista de agravios.

19.3.06

Discurso del 11 de Octubre de 1985, Autor Juan Pablo II

Se necesitan heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, participen de sus gozos y esperanzas, de sus angustias y tristezas y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios. Para esto se necesitan nuevos santos. Debemos suplicar al Señor que aumente el espíritu de santidad en la Iglesia y nos mande santos para evangelizar al mundo de hoy.

Exodo 23, 20

Yo enviaré un ángel delante de tí, para que te guíe por el camino y te introduzca en la tierra por mí preparada

Vida de Cristo, Autor: Fray Justo Pérez de Urbel

El hombre antiguo, aún en el pueblo de Israel, había buscado la riqueza, el gozo, la estimación, el poder, considerando todo esto como la fuente de toda felicidad. Jesús propone otro camino distinto. Exalta y beatifica la pobreza, la dulzura, la misericordia, la pureza y la humildad.

Homilia I de Navidad, Autor: San León Magno

Por el sacramento del Bautismo te convertiste en templo del Espíritu Santo: no ahuyentes a tan escogido huésped con acciones pecaminosas, no te entregues otra vez como esclavo al demonio, pues has costado la Sangre de Cristo, quien te redimió según su misericordia y te juzgará conforme a la verdad.

17.3.06

En la Intimidad con Dios, Autor: Benito Baur

Muchas almas piadosas están en una infidelidad casi continua en "pequeñas" cosas; son impacientes, poco caritativas en sus pensamientos, juicios y palabras, falsas en su conversación y en sus actitudes, lentas y relajadas en su piedad, no se dominan a sí mismas y son demasiado frívolas en su lenguaje, tratan con ligereza la buena fama del prójimo. Conocen sus defectos e infidelidades y los acusan quizá en confesión, mas no se arrepienten de ellos con seriedad ni emplean los medios con que podrían prevenirlos. No reflexionan que cada una de estas imperfecciones es como un peso de plomo que las arrastra hacia abajo, no se dan cuenta de que van comenzando a pensar de manera puramente humana y a obrar únicamente por motivos naturales, ni de que resisten habitualmente a las inspiraciones de la gracia y abusan de ella. El alma pierde así el esplendor de su belleza, y Dios va retirándose cada vez más de ella. Poco a poco pierde el alma sus puntos de contacto con Dios: en Él no ve al Padre amoroso y amado a quien se entregaba con filial ternura; algo se ha interpuesto entre los dos.

11.3.06

Hemos publicado una edición extraordinaria de "mislekturas" para nuestras amigas y amigos de Chile. Difundidla entre vuestras amistades chilenas de todo el mundo. Le hará gran bien a esa patria. Ésta se encuentra en www.mislekturas-ee-.blogspot.com.
El editor

Evangelio según San Mateo 8, 25-26

Le despertaron diciendo: ¡Maestro, que perecemos! Jesús les respondió: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?

Exhortación Apostólica Recontiliatio et Paenitentia, Nº 16, Autor: Juan Pablo II

Hablar de pecado social quiere decir, ante todo, reconocer que, en virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás. Es ésta la otra cara de aquella solidaridad que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que «toda alma que se eleva, eleva al mundo». A esta ley de la elevación corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que se puede hablar de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero. En otras palabras, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana. Según esta primera acepción, se puede atribuir indiscutiblemente a cada pecado el carácter de pecado social.

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 11, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Para que el trabajo, cualquier tarea recta, pueda convertirse en medio de santidad es necesario que esté humanamente bien hecho, ya que no podemos ofrecer a Dios nada defectuoso, pues no sería digno de Él . El trabajo bien realizado supone tanto el cuidado de los pequeños deberes que toda profesión lleva consigo como el cumplimiento fidelísimo de la virtud de la justicia con otras personas y con la sociedad, el rectificar con prontitud si se ha cometido algún error con quienes o para quienes trabajamos, el afán constante por mejorar profesionalmente en nuestro quehacer. Esto vale igualmente para el empresario, para el obrero, o el estudiante. Para el médico o para la madre de familia que ha de dedicarse al cuidado de la casa sacando adelante los quehaceres corrientes del hogar.
Santificarnos en el trabajo nos llevará a convertirlo en ocasión y lugar de trato con Dios. Para esto, podemos ofrecer el trabajo al comenzarlo, y luego renovar ese ofrecimiento con frecuencia, aprovechando cualquier circunstancia. A lo largo de su realización se presentarán muchos momentos para ofrecer pequeñas mortificaciones que enriquecen la vida interior y el mismo trabajo que estamos haciendo; también, para el ejercicio de las virtudes humanas (la laboriosidad, la reciedumbre, la alegría...), y de las sobrenaturales (la fe, la esperanza, la caridad, la prudencia...).
El trabajo puede y debe ser el medio para dar a conocer a Cristo a muchas personas. Hay profesiones que tienen una repercusión inmediata en la vida social: la enseñanza, las que se relacionan con los medios de información, el ejercicio de las funciones públicas de un país... Pero no existen tareas que nada tengan que ver con la doctrina de Jesucristo. Aun en problemas muy técnicos de una empresa o en la manera como una madre de familia lleva su hogar, se darán soluciones distintas, en ocasiones radicalmente distintas, según se tenga una visión pagana o cristiana de la vida. Quien no tiene fe siempre tendrá una visión incompleta del mundo, y el modo de comportarse cristiano chocará a veces con la moda del momento, con los usos corrientes entre colegas de una misma profesión. Son circunstancias especialmente propicias para dar a conocer a Cristo, siendo ejemplares en la manera cristiana de actuar, llena de naturalidad y de firmeza.
El mundo está necesitado de Dios, más cuanto con mayor frecuencia repite que no tiene necesidad de Él. Los cristianos, esforzándonos en seguir a Cristo seriamente, lo daremos a conocer.

10.3.06

Isaías 58, 9-12

Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará el reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña; reconstruirás viejas ruinas, levantarás sobre cimientos de antaño; te llamarán reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas.

9.3.06

Hablar con Dios, Tomo 2, Nº 8, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Debemos sentir deseos de encontrarnos a solas con el Señor lo antes posible, como lo desearían sus discípulos después de unos días de ausencia, para descargar en Él todo el dolor experimentado al comprobar las flaquezas, los errores, las imperfecciones, los pecados, tanto al desempeñar nuestros deberes profesionales como en la relación con los demás, en la actividad apostólica, en la misma vida de piedad.
Este empeño por centrar la Confesión en Cristo es importante para no caer en la rutina, para sacar del fondo del alma aquellas cosas que son las que más pesan y que sólo saldrán a la superficie a la luz del amor a Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas .

8.3.06

Primera carta de San Juan 2,9-10

Quien afirma que está en la luz y aborrece a su hermano, todavía está en tinieblas. Quien ama a su hermano, permanece en la luz y no hay ocasión de tropiezo en él.

7.3.06

Mensaje para la Cuaresma 2006, Autor: Benedicto XVI

No podemos ocultar que muchos que profesaban ser discípulos de Jesús han cometido errores a lo largo de la historia. Con frecuencia, ante problemas graves, han pensado que primero se debía mejorar la tierra y después pensar en el cielo. La tentación ha sido considerar que, ante necesidades urgentes, en primer lugar se debía actuar cambiando las estructuras externas. Para algunos, la consecuencia de esto ha sido la transformación del cristianismo en moralismo, la sustitución del creer por el hacer.

Mensaje para la Cuaresma 2006, Autor: Benedicto XVI

Con la misma compasión de Jesús por las muchedumbres, la Iglesia siente también hoy que su tarea propia consiste en pedir a quien tiene responsabilidades políticas y ejerce el poder económico y financiero que promueva un desarrollo basado en el respeto de la dignidad de todo hombre. Una prueba importante de este esfuerzo será la efectiva libertad religiosa, entendida no sólo como posibilidad de anunciar y celebrar a Cristo, sino también de contribuir a la edificación de un mundo animado por la caridad.

Mensaje para la Cuaresma 2006, Autor: Benedicto XVI

Hoy, en el contexto de la interdependencia global, se puede constatar que ningún proyecto económico, social o político puede sustituir el don de uno mismo a los demás en el que se expresa la caridad. Quien actúa según esta lógica evangélica vive la fe como amistad con el Dios encarnado y, como Él, se preocupa por las necesidades materiales y espirituales del prójimo. Lo mira como un misterio inconmensurable, digno de infinito cuidado y atención. Sabe que quien no da a Dios, da demasiado poco; como decía a menudo la beata Teresa de Calcuta: «la primera pobreza de los pueblos es no conocer a Cristo». Por esto es preciso ayudar a descubrir a Dios en el rostro misericordioso de Cristo: sin esta perspectiva, no se construye una civilización sobre bases sólidas.

Mensaje para la Cuaresma 2006, Autor: Benedicto XVI

Por eso, la primera contribución que la Iglesia ofrece al desarrollo del hombre y de los pueblos no se basa en medios materiales ni en soluciones técnicas, sino en el anuncio de la verdad de Cristo, que forma las conciencias y muestra la auténtica dignidad de la persona y del trabajo, promoviendo la creación de una cultura que responda verdaderamente a todos los interrogantes del hombre.

3.3.06

Evangelio según San Marcos 10, 2-12

"¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?". El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?". Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella". Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".

2.3.06

Ascética Meditada, Cáp. 16, Autor: Salvador Canals

Pero no olvides, amigo mío, que necesitas de armas para vencer en esta batalla espiritual. Y que tus armas han de ser éstas: oración continua; sinceridad y franqueza con tu director espiritual; la Santísima Eucaristía y el Sacramento de la Penitencia; un generoso espíritu de cristiana mortificación que te llevará a huir de las ocasiones y a evitar el ocio; la humildad de corazón y una tierna y filial devoción a la Santísima Virgen.

1.3.06

Amigos de Dios Nº 100, Autor: San Josemaría

La soberbia es el peor de los pecados y el más ridículo. Si logra atenazar con sus múltiples alucinaciones, la persona atacada se viste de apariencia, se llena de vacío, se engríe como el sapo de la fábula, que hinchaba el buche, presumiendo, hasta que estalló. La soberbia es desagradable, también humanamente: el que se considera superior a todos y a todo, está continuamente contemplándose a sí mismo y despreciando a los demás, que le corresponden burlándose de su vana fatuidad.

28.2.06

Subida al Monte Carmelo, Libro 2,22, 3-5, Autor: San Juan de la Cruz

Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar; porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad.

27.2.06

Carta a Diogneto(siglo II), Capítulo 5, Autor: desconocido

Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble.

26.2.06

Carta de San Pablo a los Colosenses 4,6

Que vuestra conversación sea siempre agradable, sazonada con la sal de la gracia, de modo que sepáis responder a cada uno como conviene.

25.2.06

Carta de Santiago 3, 7-8

Toda clase de fieras, aves, reptiles y peces se doman y han sido domados por el hombre. Pero ningún hombre ha podido domar jamás la lengua; es un mal incontrolable, llena de veneno mortal.

24.2.06

Evangelio según San Marcos 9, 42

"A cualquiera que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esa ruedas de molino que mueve un asno y lo arrojen al mar"

22.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 29, Autor: Georges Chevrot

El único hombre digno de este título no es ese burlón que se ríe de las cosas santas, ese pedante de reunión pública que otorga diez minutos a Dios para probar su existencia, sino aquel otro que tiene la fortaleza de guardar silencio ante la estupidez.

20.2.06

Exhortación Apostólica Recontiliatio et Paenitentia, Nº 14, Autor: Juan Pablo II

De la narración bíblica referente a la construcción de la torre de Babel emerge un primer elemento que nos ayuda a comprender el pecado: los hombres han pretendido edificar una ciudad, reunirse en un conjunto social, ser fuertes y poderosos sin Dios, o incluso contra Dios.
En este sentido, la narración del primer pecado en el Edén y la narración de Babel, a pesar de las notables diferencias de contenido y de forma entre ellas, tienen un punto de convergencia: en ambas nos encontramos ante una exclusión de Dios, por la oposición frontal a un mandamiento suyo, por un gesto de rivalidad hacia él, por la engañosa pretensión de ser «como él».

Exhortación Apostólica Recontiliatio et Paenitentia, Nº 13, Autor: Juan Pablo II

Para llevar a cabo de modo adecuado dicho ministerio penitencial, es necesario, además, superar con los «ojos iluminados» de la fe, las consecuencias del pecado, que son motivo de división y de ruptura, no sólo en el interior de cada hombre, sino también en los diversos círculos en que él vive: familiar, ambiental, profesional, social, como tantas veces se puede constatar experimentalmente, y como confirma la página bíblica sobre la ciudad de Babel y su torre. Afanados en la construcción de lo que debería ser a la vez símbolo y centro de unidad, aquellos hombres vienen a encontrarse más dispersos que antes, confundidos en el lenguaje, divididos entre sí, e incapaces de ponerse de acuerdo.
¿Por qué falló aquel ambicioso proyecto? ¿Por qué «se cansaron en vano los constructores»? Porque los hombres habían puesto como señal y garantía de la deseada unidad solamente una obra de sus manos olvidando la acción del Señor. Habían optado por la sola dimensión horizontal del trabajo y de la vida social, no prestando atención a aquella vertical con la que se hubieran encontrado enraizados en Dios, su Creador y Señor, y orientados hacia Él como fin último de su camino.
Ahora bien, se puede decir que el drama del hombre de hoy —como el del hombre de todos los tiempos— consiste precisamente en su carácter babélico.

19.2.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 35, Autor: Francisco Fernández Carvajal

o bien no comprar aquel producto -quizá de calidad- que patrocina un programa inmoral o anticatólico en la televisión o en la radio... Y si lo sugerimos a los amigos, mejor. Si los cristianos tibios dejaran de comprar determinadas revistas y publicaciones..., muchas no podrían subsistir. Da pena pensar que, en ocasiones, gran parte del inmenso daño que producen lo realizan gracias a los medios económicos de muchos cristianos flojos que, a su vez, se quejan de la ruina moral de la sociedad.

18.2.06

Carta de Santiago 2,12-13

Hablad y obrad, pues, como quien ha de ser juzgado por la Ley de la libertad. Pues el juicio es sin misericordia para quien no tuvo misericordia; pero la misericordia sobresale por encima del juicio.

17.2.06

Evangelio según San Lucas 4,16-21

Llegó a Nazaret, donde se había criado, y, según su costumbre, entró en la sinagoga el sábado, y se levantó para leer. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrrollando el libro, encontró el pasaje donde está escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado para evagelizar a los pobres, para predicar a los cautivos la redención y devolver la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y promulgar una año de gracia del Señor". Después de enrrollar el libro, lo devolvió al ministro, y se sentó. Todos en la sinagoga tenían sus ojos puestos en él. Y comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír".

Isaías 61, 1-3

El espíritu del Señor Yavé está en mí,
porque Yavé me ha ungido.
Me ha envíado a llevar la buena nueva a los pobres,
a curar a los corazones oprimidos,
a anunciar la libertad a los cautivos,
la liberación a los presos;

a proclamar un año de gracia de Yavé,
un día de venganza para nuestro Dios.
A consolar a todos lo afligidos.

a dar a todos los afligidos de Sión
una diadema en lugar de ceniza,
el óleo de alegría en lugar del vestido de luto,
alabanza en lugar de espíritu caído.
Se les llamará "Encinas de justicia,
plantación de Yavé para su gloria".

16.2.06

Sí, sí; no, no, Cáp. El Cielo Contesta, Autora: Chiara Lubich

En estos tiempos, especialmente en los países necesitados, se pone muchas veces el acento principal sobre los problemas sociales, a los que se dedica toda clase de esfuerzos incluso como expresión religiosa de la vida.
Ciertamente es evangélico dar de comer al hambriento y vestir al desnudo. Pero tales acciones en sí mismas pueden no mostrar el mensaje de Cristo en toda su belleza. Más aún, pueden en cierto modo falsearlo, porque actos semejantes pueden dejar a quien recibe en el complejo de "beneficiado"; mientras que el Evangelio lleva al hombre, a todos los hombres, a la más alta elevación, a ser hijos de Dios.
El Evangelio es algo indivisible y no se puede vivir y comprender verdaderamente en sus partes, si no se conoce y se vive en su conjunto.
El principal remedio a los problemas, incluso terrenos, de los países pobres es y seguirá siendo el anuncio del evangelio.
Es necesario que todos los hombres conozcan a Cristo, busquen su Reino y Su Justicia; y entonces, el resto, todo el resto, vendrá también para ellos por añadidura.

15.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 28, Autor: Georges Chevrot

Conviene, sin embargo, subrayar que Jesús bendijo solamente a los cristianos insultados y perseguidos a causa de Él, a los que sean acusados en falso de cualquier clase de mal. Pues suele, efectivamente, suceder que algunos cristianos son atacados no por su virtud, sino a causa de sus defectos. Algunos, por ejemplo, amonestan a sus prójimos inoportunamente; o demuestran indiscreción en el celo que atestiguan en favor de la religión; o, en sus trabajos en obras de beneficiencia, persiguen secretamente la satisfacción de una vanidad personal. Naturalmente son criticados y, los más a menudo, fracasan. Estaría fuera de lugar que adoptasen aires de víctimas y que se creyeran perseguidos por la justicia. Otros, fogosos apologistas de la fe o enderezadores de errores ajenos, carecen de las virtudes naturales de lealtad y paciencia, así como de las virtudes cristianas de humildad y mansedumbre, y acaban por hacerse universalmente odiosos. "Me detestan -dicen entonces- porque soy cristiano." No, mis pobres amigos, sino tan solo porque tienen ustedes un carácter imposible. Algunos cristianos pueden ser perseguidos así, no por llevar el nombre de cristianos, sino por no obrar como cristianos.

14.2.06

Evangelio según San Lucas 16, 27-31

"Te tuego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre -pues tengo cinco hermanos-, para que les avise y no vengan también ellos a este lugar de tormentos". Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen". Pero él dijo: "No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va a ellos, harán penitencia". Y le contestó: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán, aunque uno de los muertos resucite."»
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13.2.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 53, Autor: Francisco Fernández Carvajal

Fomentemos todo cuanto de positivo nace a nuestro alrededor: unas veces con una palabra de aliento, otras con una colaboración efectiva de tiempo y de dinero. Ante tanta lectura inútil o perjudicial, difundamos la noticia de la aparición de los libros buenos que se editan, de las revistas que pueden estar con dignidad en la sala de estar de un hogar, sin que los padres se sientan avergonzados ante sus hijos... Escribamos una pequeña carta alabando y agradeciendo un buen programa, un buen artículo...; cuesta poco y es siempre eficaz.

12.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 24, Autor: Georges Chevrot


Esta misma integridad de carácter debe encontrarse en todos los discípulos de Cristo. Choca con lo que hoy se llama conformismo, para calificar así la costumbre de regular la propia conducta sobre las ideas o los ejemplos de la mayoría. Este defecto ha existido siempre, solo que es más sensible en nuestra época, que ha desarrollado el espíritu rebañego simultáneamente con los medios de publicidad. En nuestros días se difunden las opiniones y se imponen las costumbres del mismo modo que un producto alimenticio o una marca de jabón. Todo se fabrica ahora en serie. No es solo que todos los habitantes del planeta tiendan a componerse la misma silueta con un vestido de idéntico corte, sino que la uniformidad es también de rigor en el campo del pensamiento. Los cerebros están vaciados en unos cuantos moldes para uso de las diferentes colectividades que agrupan a nuestros contemporáneos. Las afirmaciones sonoramente repetidas ocupan el lugar de pruebas para determinar las verdades; por otra parte, la fatuidad ha ocupado el puesto de la reflexión. En este "aislamiento" universal, cada unidad piensa lo que su grupo piensa, repite lo que oye decir, hace lo que hacen "los demás". Se concibe fácilmente que haga falta una singular audacia para liberarse de las ideas prefabricadas y para apartarse de los caminos trillados; lo cual depende, si hemos de creer a Montaigne, de la "simiesca o imitadora", naturaleza humana.

10.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 23, Autor: Georges Chevrot

no es inaudito , que en el actual desorden de las ideas morales, la conciencia de un cristiano padezca la acción latente de ciertas máximas fáciles que hacen retroceder los límites del deber para plegarlos a las imposiciones de nuestros deseos. Pues la conciencia es un órgano de tal modo flexible que una nimiedad basta para falsearlo.

9.2.06

Amigos de Dios Nº 206, Autor: San Josemaría

No olvidemos jamás que para todos —para cada uno de nosotros, por tanto— sólo hay dos modos de estar en la tierra: se vive vida divina, luchando para agradar a Dios; o se vive vida animal, más o menos humanamente ilustrada, cuando se prescinde de El. Nunca he concedido demasiado peso a los santones que alardean de no ser creyentes: los quiero muy de veras, como a todos los hombres, mis hermanos; admiro su buena voluntad, que en determinados aspectos puede mostrarse heroica, pero los compadezco, porque tienen la enorme desgracia de que les falta la luz y el calor de Dios, y la inefable alegría de la esperanza teologal.

8.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 21, Autor: Georges Chevrot

La iglesia de Dios sobre la tierra es una gran familia de pecadores perdonados que están constantemente en trance de convertirse y que caminan todos juntos hacia la santidad. Que no haya más reproches, ni mas sospechas entre nosotros. ¿Vamos a ir desmenuzando las deudas de nuestros hermanos cuando Dios nos perdona las nuestras a unos y a otros?

7.2.06

Carta de San Pablo a los Romanos 12,2

Y no os acomodéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, de modo que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios: esto es, lo bueno, lo agradable, lo perfecto.

6.2.06

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 35, Autor: Francisco Fernández Carvajal

El apostolado y el proselitismo que atraen a la fe o a una mayor entrega a Dios nacen del convencimiento de poseer la Verdad y el Amor, la verdad salvadora, el único amor que colma las ansias del corazón, siempre insatisfecho. Cuando se pierde esta certeza no se encuentra sentido a la difusión de la fe. Entonces, incluso en ambientes cristianos, se llega a pensar que no se puede influir para que los no cristianos --por ejemplo, ante las leyes en favor del divorcio y del aborto- apoyen una ley recta, según el querer divino. También pierde sentido el llevar la doctrina de Cristo a otras regiones donde todavía no ha llegado o no está hondamente arraigada la fe; en todo caso, la misión apostólica se convierte en una mera acción social en favor de la promoción de esos pueblos, olvidando el tesoro más rico que podrían darles: la fe en Jesucristo, la vida de la gracia... Son cristianos en los que la fe se ha debilitado y han olvidado, quizá, que la verdad es una, que hace más humanos a los hombres y a los pueblos, y abre el camino del Cielo.