Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
26.1.25
Carta 53, a Paulino; Autor: San Jerónimo (347-420) sacerdote, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia
Dime, querido hermano: vivir en medio de los Libros sagrados, meditarlos sin cesar, nada buscar ni querer conocer fuera de ellos ¿no es habitar ya el Reino de los Cielos?
El lenguaje de la Escritura Santa te puede sorprender por
su simplicidad o su casi rudeza, ya sea a causa de errores de los traductores o
por el diseño original del escrito. Ella se presenta de tal forma que el primer
auditorio puede instruirse y, en una única frase, el sabio y el ignorante
descubren sentidos inesperados.
No soy un petulante que presume conocer todo lo que
encuentra. Sería querer recoger sobre la tierra los frutos de árboles que
tienen las raíces fijadas en el cielo. Pero confieso que lo deseo y trato de
esforzarme para ello. Estudiemos aquí sobre la tierra, aquello cuyo
conocimiento permanecerá adquirido para el cielo.