14.1.08

Hablar con Dios, Tomo 3, Nº 1, Autor: Francisco Fernández Carvajal

trabajo y oración se complementan, como se enlazan con armonía las voces y los instrumentos. El trabajo no sólo no entorpece la vida de oración, sino que se convierte en su vehículo. Se cumple entonces lo que le pedimos en esa hermosa oración (Enchiridion Indulgentiarum, Políglota Vaticana, Roma 1968, n. 1) al Señor: Actiones nostras, quaesumus, Domine, aspirando praeveni et adiuvando prosequere: ut cuncta nostra oratio et operatio a te semper incipiat, et per te coepta finiatur: que todo nuestro día, nuestra oración y nuestro trabajo, tomen su fuerza y empiecen siempre en Ti, Señor, y que todo lo que hemos comenzado por Ti llegue a su fin (S. CANALS, Ascética meditada , Rialp, 15ª ed., Madrid 1981, p. 142).