Cuando os lleven a las sinagogas y ante los magistrados y autoridades, no os preocupéis de cómo defenderos o de qué habéis de decir, pues el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que conviene decir.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario