Esta novedad radical que la
Eucaristía introduce en la vida del hombre ha estado presente en la conciencia
cristiana desde el principio. Los fieles percibieron en seguida el influjo
profundo que la celebración eucarística ejercía sobre su estilo de vida. San
Ignacio de Antioquía (?-v. 110) expresaba esta verdad definiendo a los
cristianos como “los que han llegado a la nueva esperanza”, y los presentaba
como los que viven “según el domingo”. Esta fórmula del gran mártir antioqueno
pone claramente de relieve la relación entre la realidad eucarística y la vida
cristiana en su cotidianidad. La costumbre característica de los cristianos de
reunirse el primer día después del sábado para celebrar la resurrección de
Cristo —según el relato de san Justino mártir (v. 100-160) — es el hecho que
define también la forma de la existencia renovada por el encuentro con Cristo.
21.1.13
Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis Nº 72, Autor: S. S. Benedicto XVI
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