Pues Yo, Yavé, amo el derecho.
y odio la iniquidad y la rapiña.
Fielmente les daré su recompensa,
y haré con ellos una alianza eterna.
Su raza será renombrada entre las naciones,
y sus vástagos en medio de los pueblos.
Todos cuantos los vean reconocerán
que son una raza bendecida de Yavé.
Exulto, Exulto, en Yavé,
y mi alma jubila en mi Dios,
porque me ha puesto los vestidos de la salvación,
me ha envuelto en el manto de la justicia,
como un recién nacido se ciñe la diadema,
o una novia se adorna de sus joyas.
Pues como la tierra echa sus brotes,
como un huerto hace brotar lo sembrado,
así el Señor Yavé hará germinar la justicia
y la gloria ante todas las naciones.
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