Hoy se necesitan personas que sean "creyentes" y "creíbles", dispuestas a defender en todo ámbito de la sociedad los principios e ideales cristianos en los que se inspira su acción. Esta es la santidad, vocación universal de todos los bautizados, que impulsa a cumplir el propio deber con fidelidad y valentía, mirando no al propio interés egoísta, sino al bien común, y buscando en cada momento la voluntad divina.
homilía completa en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2009/documents/hf_ben-xvi_hom_20090928_san-venceslao_sp.html)
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