La Iglesia es nuestra casa. Esta es nuestra casa. En la Iglesia católica tenemos todo lo
que es bueno, todo lo que es motivo de seguridad y de consuelo. Quien acepta a
Cristo, "camino, verdad y vida", en su totalidad, tiene garantizada
la paz y la felicidad, en esta y en la otra vida. Por eso, el Papa vino aquí
para rezar y confesar con todos vosotros: vale la pena ser
fieles, vale la pena perseverar en la propia fe. Pero la coherencia en
la fe necesita también una sólida formación doctrinal y espiritual.
3.5.24
Discurso de S. S. Benedicto XVI en la Basílica del Santuario de Aparecida (12 de mayo de 2007)
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