3.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 21, Autor: Georges Chevrot

No condenemos a los fariseos de antaño antes de preguntarnos si no cedemos nosotros a la misma manía de dividir el mundo en dos bloques: los que piensan bien y los que piensan mal, los buenos y los malos, incluyéndonos, por descontado, en la primera categoría. Cuando oímos hablar de los "pecadores", ¿no pensamos inmediatamente en que se trata de los demás?