20.2.11

de la Homilía de don Victor Fernández en la Misa de 10:30 del 20 de febrero de 2011, Parroquia Isla de Maipo

Los mandamientos que practica el mundo actual son:
1º Aprovéchate de los demás sin límite,
2º Compra, compra. . .y compra, allí está la felicidad,
3º Aparenta ser y tener más de lo que eres y tienes y
4º Disfruta al máximo la vida como si fueras a vivir tal sólo dos días más

14.2.11

de la Meditación en Alborada el 14 de Febrero de 2011; Autor: don Patricio Astorquiza

Cuando atiendo personas, me dicen que les es muy dificil hacer diariamente un ratito de oración de la que llaman mental. Las razones son por la agitada vida de hoy pero sobretodo porque les da la impresión que Dios no les escucha ni menos les responde. ¡Dios no me habla!
Pero lo cierto es que cuando alguien que realmente ha hecho el esfuerzo por conversar cotidianamente un ratito con el Señor vuelve después de una cuantas semanas a la dirección espiritual comienza a hablar por primera vez de su señora y de sus hijos. Pasa otro tiempo y a la siguiente cita se explaya de lo poco agradecido que ha sido con sus padres. Pasa otro tiempo y viene con el tema de su comportamiento en el trabajo, que se aprovecha de los demás y no los trata bien... y ¡¿Dios no les habla?! Si ahí están los frutos.

11.2.11

Constitución Pastoral Gaudium et Spes Nº 67

El trabajo humano que se ejerce en la producción y en el comercio o en los servicios es muy superior a los restantes elementos de la vida económico, pues estos últimos no tienen otro papel que el de instrumentos.

Pues el trabajo humano, autónomo o dirigido, procede inmediatamente de la persona, la cual marca con su impronta la materia sobre la que trabaja y la somete a su voluntad. Es para el trabajador y para su familia el medio ordinario de subsistencia; por él el hombre se une a sus hermanos y les hace un servicio, puede practicar la verdadera caridad y cooperar al perfeccionamiento de la creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación de su trabajo a Dios, los hombres se asocian a la propia obra redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad sobre eminente laborando con sus propias manos en Nazaret. De aquí se deriva para todo hombre el deber de trabajar fielmente, así como también el derecho al trabajo. Y es deber de la sociedad, por su parte, ayudar, según sus propias circunstancias, a los ciudadanos para que puedan encontrar la oportunidad de un trabajo suficiente. Por último, la remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común.

9.2.11

Nadie Te Ama Como Yo, autor: Martín Valverde

Yo sé bien lo que has vivido
sé también porque has llorado
yo sé bien lo que has sufrido
pues de tu lado no me he ido.
. . .
Yo a tu lado he caminado
junto a ti yo siempre he ido
aun a veces te he cargado
yo he sido tu mejor amigo
. . .
Pues nadie te ama
como yo

mira la cruz
esa es mi mas grande prueba
nadie te ama como yo