10.2.06

Las Bienaventuranzas, Cáp. 23, Autor: Georges Chevrot

no es inaudito , que en el actual desorden de las ideas morales, la conciencia de un cristiano padezca la acción latente de ciertas máximas fáciles que hacen retroceder los límites del deber para plegarlos a las imposiciones de nuestros deseos. Pues la conciencia es un órgano de tal modo flexible que una nimiedad basta para falsearlo.