20.5.20

Hablar con Dios, Tomo 2 N° 78, Autor: Francisco Fernández Carvajal


El cristiano que rompe con los canales por los que le llega la gracia -la oración y los sacramentos- se queda sin alimento para su alma, y “ésta acaba muriendo a manos del pecado mortal, porque sus reservas se agotan y llega un momento en que ni siquiera es necesaria una fuerte tentación para caer: se cae él solo porque carece de fuerzas para mantenerse de pie. Se muere porque se le acaba la vida. Pero si los canales de la gracia no están expeditos porque una montaña de desgana, negligencia, pereza, comodidad, respetos humanos, influencias del ambiente, prisas y otros quehaceres (...) los obstruye, entonces la vida del alma va languideciendo y uno malvive hasta que acaba por morir. Y, desde luego, su esterilidad es total, porque no da fruto alguno” (F. SUAREZ, La vid y los sarmientos, Rialp, 2ª ed. , Madrid 1980, pp. 41-42.-  ).