19.9.07

Hablar con Dios, Tomo 5, Nº 6, Autor: Francisco Fernández Carvajal

De la conversación vana y superficial a la murmuración, al chisme, al enredo, a la susurración o a la calumnia suele haber un camino muy corto. Es difícil controlar la lengua si no hay presencia de Dios. De nosotros, de cada cristiano que quiere seguir a Cristo, se tendría que decir que en ninguna circunstancia nos oyeron hablar mal de nadie. Por el contrario, de cada uno se debería poder afirmar que pasó por la vida, como Cristo, haciendo el bien (Hech 10, 38.). También con la palabra, con una conversación sencilla llena de interés por los demás. Aun el mismo saludo ha de llevar el bien a quienes nos encontramos cada día: es como decirles: ¡qué alegría haberte encontrado en mi camino!

Ilustrísimos Señores; Capítulo: Palabras, palabras, palabras..., Autor: Albino Luciani

de la carta de Albino Luciani a José Joaquín Belli, poeta romano (1791-1863):

Descubro también que mi persona se enriquece por medio de la conversación. Porque poseer sólidas convicciones es hermoso; pero más hermoso todavía es poderlas comunicar y verlas compartidas y apreciadas por otros.

4.9.07

Hablar con Dios, Tomo 4, Nº 86, Autor: Francisco Fernández Carvajal

El Señor nos habla de muchas maneras cuando leemos el Santo Evangelio:
nos da ejemplo con su vida para que le imitemos en la nuestra;
nos enseña el modo de comportarnos con nuestros hermanos;
nos recuerda que somos hijos de Dios y que nada debe quitarnos la paz;
llama la atención de nuestros corazones, para perdonar ese pequeño agravio que hemos recibido;
nos alienta a preparar con esmero la Confesión frecuente, donde nos espera el Padre del Cielo para darnos un abrazo;
nos pide que en esa jornada seamos misericordiosos con los defectos ajenos, pues Él lo fue en grado sumo;
nos impulsa a santificar el trabajo, haciéndolo con perfección humana, pues fue su quehacer durante tantos años de su vida en Nazaret...
Cada día podemos sacar un propósito, una enseñanza, un pensamiento que recordaremos mientras trabajamos. Por esto, si es posible, será mejor que leamos esos breves minutos a primera hora del día para ejercitarnos luego en esa enseñanza sencilla que tanto nos ayudará a mejorar un poco cada jornada.