25.12.17

Encíclica Spe Salvi, Autor: Benedicto XVI


aparece también como elemento distintivo de los cristianos el hecho de que ellos tienen un futuro: no es que conozcan los pormenores de lo que les espera, pero saben que su vida, en conjunto, no acaba en el vacío. Sólo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente. De este modo, podemos decir ahora: el cristianismo no era solamente una «buena noticia», una comunicación de contenidos desconocidos hasta aquel momento. En nuestro lenguaje se diría: el mensaje cristiano no era sólo «informativo», sino «performativo». Eso significa que el Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva.

30.6.17

Carta de San Pablo a los Romanos, 14,17

Que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo.

La Palabra Para Ser Hablada, Capítulo 12; Autora: Santa Teresa de Calcuta

La alegría es una necesidad y una fuerza para nosotros, también psíquicamente. Una hermana que cultiva el espíritu de alegría siente menos la fatiga y está cada día dispuesta a hacer el bien. Una hermana rebosante de alegría predica sin predicar. Una hermana alegre es como el rayo de sol del amor de Dios, la esperanza de la alegría eterna, la llama de un amor ardiente.
La alegría es una de las mejores garantías contra la tentación. El diablo es portador de temor y barro, toda ocasión para lanzárnoslo es buena para él. Un corazón alegre sabe cómo se ha de proteger.

29.6.17

Hablar con Dios, Tomo VI Nº 57, Autor: Francisco Fernández Carvajal

La vocación es un don divino que Dios ha preparado desde la eternidad. Por eso, cuando el Señor se le manifestó en Damasco, Pablo no pidió consejo «a la carne y a la sangre», no consultó a ningún hombre, porque tenía la seguridad de que Dios mismo le había llamado. No atendió a los consejos de la prudencia carnal, sino que fue plenamente generoso con el Señor. Su entrega fue inmediata, total y sin condiciones. Los Apóstoles, cuando escucharon la invitación de Jesús, también dejaron las redes al instante(Mt 4, 20-22; Mc 1, 18) y, relictis omnibus, abandonadas todas las cosas(Lc 5, 11), se fueron tras el Maestro. Saulo, antiguo perseguidor de los cristianos, sigue ahora al Señor con toda prontitud.

Todos nosotros hemos recibido, de diversos modos, una llamada concreta para servir al Señor. Y a lo largo de la vida nos llegan nuevas invitaciones a seguirle en nuestras propias circunstancias, y es preciso ser generosos con el Señor en cada nuevo encuentro. Hemos de saber preguntar a Jesús en la intimidad de la oración, como San Pablo: ¿qué he de hacer, Señor?, ¿qué quieres que deje por Ti?, ¿en qué deseas que mejore? En este momento de mi vida, ¿qué puedo hacer por Ti?

23.3.17

Libro de Eclesiástico 6,5-17

Las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones. Que sean muchos los que te saludan, pero el que te aconseja, sea uno entre mil. Si ganas un amigo, gánalo en la prueba, y no le des confianza demasiado pronto. Porque hay amigos ocasionales, que dejan de serlo en el día de tu aflicción. Hay amigos que se vuelven enemigos, y para avergonzarte, revelan el motivo de la disputa. Hay amigos que comparten tu mesa y dejan de serlo en el día de la aflicción. Mientras te vaya bien, serán como tú mismo y hablarán abiertamente con tus servidores; pero si te va mal, se pondrán contra ti y se esconderán de tu vista. Sepárate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos. Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor. Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen al Señor. El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.
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9.3.17

Vida y doctrina de Rabban Youssef Bousnaya; Autor: Jean Bar Kaldoum


La misericordia es la imagen de Dios, y el hombre compasivo es, en efecto, un Dios habitando en la tierra. De la misma manera que Dios es misericordioso para con todos, sin distinción alguna, igualmente el hombre compasivo hace llegar a todos sin distinción sus favores.

Hijo mío, sé compasivo y derrama tus favores sobre todos, a fin de que puedas ser elevado hasta la divinidad… Procura no dejarte seducir por este pensamiento que te podría parecer atractivo: “Es mejor que sea compasivo con el que tiene la misma fe que yo, que no por aquel que nos es extraño”. No es esta la misericordia perfecta que imita a 
Dios que derrama su favores sobre todos, sin estar celoso, sino “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos” (Mt 5,45)…

“Dios es amor” (1Jn 4,8); su esencia es amor, y su amor es su misma esencia. Por su amor, nuestro Creador, se ha visto impulsado a crearnos. El hombre que posee la caridad, es verdaderamente Dios en medio de los hombres.