Navega
la barca de mi vida
Entre
las oscuridades y las sombras de la noche,
Y
no veo ningún puerto,
Estoy
a la merced del mar profundo.
La
más pequeña tempestad podría hundirme,
Sumergiendo
mi barca en el torbellino de las olas,
Si
no vigilaras sobre mi Tu Mismo, oh Dios,
En
cada momento de mi vida, en cada instante.
En
medio del estruendo de las olas
Navego
tranquilamente con confianza
Y,
como una niña, miro adelante sin temor,
Porque
Tu, oh Jesús, eres mi luz.
Todo
alrededor es horror y espanto,
Pero
mi paz es más profunda que las profundidades del mar
Porque
quien está Contigo, Señor, no perecerá
Me
lo asegura Tu amor divino.
Aunque
alrededor hay muchos peligros,
No
los temo, porque miro el cielo estrellado.
Y
navego con denuedo y alegría,
Como
corresponde a un corazón puro.
Pero
sobre todo, únicamente
Por
ser Tu mi timonero, oh Dios,
La
barca de mi vida navega tan serenamente
Lo
reconozco en la más profunda humildad
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