6.4.09

Simón Pedro, Capítulo 1; Autor: George Chevrot

En cuanto un hombre se consagra totalmente a su obra, esta obra le transforma y, si es buena, le mejora. Pero cuando no ya el hombre, sino el cristiano, se entrega sin reserva a su vocación de cristiano, esta no tarda en santificarle. Simón se eclipsa ante Pedro, sí como Juan Bautista encontraba su felicidad en menguar para que Jesús creciese, y San Pablo se gozaba de no ser ya dueño de su vida, toda vez que Cristo vivía en él.

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