15.12.23

La Trinidad XV, XXVIII,51; Autor: San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia

 

¡Dame la fuerza de buscarte!

Señor Dios nuestro, en ti creemos, Padre, Hijo y Espíritu Santo. (...)

Te he buscado

en cuanto me ha sido posible,

en cuanto tú me has hecho capaz,

y he tratado de comprender con la razón lo que creía con la fe;

mucho he discutido y mucho me he esforzado.

Señor y Dios mío, mi única esperanza,

óyeme para que no sucumba al desaliento y deje de buscarte;

ansíe siempre tu rostro con ardor.

Dame la fuerza de buscarte,

tú que te dejas encontrar

y que me has dado la esperanza de poder encontrarte cada vez más.

Ante ti está mi fuerza y mi debilidad;

conserva aquélla, sana ésta.

Ante ti está mi saber y mi ignorancia.

Allí donde tú me has abierto, acoge a quien entra;

allí donde has cerrado, abre a quien llama.

Haz que me acuerde siempre de ti,

te comprenda,

te ame.

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