12.7.16

No Hay Mayor Amor; Autora: Beata Teresa de Calcuta

Cristo ha dicho: « Estaba hambriento y vosotros me habéis alimentado» (Mt 25,35). Estaba hambriento no solamente de pan sino también del afecto bondadoso que hace que se sienta amado, reconocido, que se sienta ser alguien a los ojos de otro. Ha estado desnudo no solamente de todo vestido, sino también de toda dignidad y consideración ya que la mayor injusticia cometida hacia el pobre es despreciarle porque es pobre. Estuvo privado no sólo de un techo...sino también de todas las privaciones que aguantan los que son encerrados, rechazados o excluidos errando por el mundo sin que no haya nadie que se preocupe por ellos. 

Baja por la calle sin más propósito que eso. Mira este hombre, allí, en el rincón, y ve hacia él. Quizás se irritará, pero estarás allí, frente a él, físicamente. Debes manifestar la presencia que está en tí por el amor y la atención con los cuales te diriges a este hombre. ¿Por qué? Porque, para tí, se trata de Jesús. Jesús, sí, pero que no puede recibirte en su casa –- he aquí la razón por la que debes saber ir hacia él. Jesús, sí, pero oculto en la persona que está allí. Jesús, en el más
 pequeño de nuestros hermanos (Mt 25,40), no está solamente hambriento de un trozo de pan sino también de amor, de reconocimiento, de ser tenido en cuenta. 

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