Puedes Purificarme
No debes carecer de confianza en Dios ni perder la esperanza
de su misericordia. No quiero que dudes o que te desesperes de poder ser mejor.
Pues, si el demonio consiguió precipitarte desde la altura de la virtud hasta
el abismo del mal, con mayor motivo Dios podrá llamarte a elevarte hacia la
cima del bien y no sólo reponerte en el estado en el que te encontrabas antes
de tu caída, sino hacerte más feliz de lo que parecías antes. No te desanimes,
te lo ruego, y no eludas la esperanza del bien por miedo a que sea de ti lo que
les ocurre a quienes no aman a Dios; porque no es la multitud de los pecados la
que lleva el alma a la desesperanza, sino el desprecio que se siente por Dios.
Cualquier pensamiento que nos quita la esperanza de la
conversión procede de la falta de fe: como una piedra pesada atada del cuello
nos lleva a mirar hacia abajo, hacia el suelo, sin poder levantar la mirada
hacia el Señor. Pero el que se arma de valor y que tiene el espíritu iluminado,
logra liberarse de tan aborrecible peso.
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