Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna
falta, ustedes, los que están animados por el Espíritu, corríjanlo con dulzura.
Piensa que también tú puedes ser tentado. Ayúdense mutuamente a llevar las
cargas, y así cumplirán la Ley de Cristo. Si alguien se imagina ser algo,
se engaña, porque en realidad no es nada. Que cada uno examine su propia
conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no en los demás, un motivo de
satisfacción. Porque cada uno tiene que llevar su propia carga.
El que recibe la enseñanza de la Palabra, que
haga participar de todos sus bienes al que lo instruye.
No se engañen: nadie se burla de Dios. Se
recoge lo que se siembra: el que siembra para satisfacer su carne, de la carne
recogerá sólo la corrupción; y el que siembra según el Espíritu, del Espíritu
recogerá la Vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha
llegará a su tiempo si no desfallecemos. Por lo tanto, mientras estamos a
tiempo hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la
fe.
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